A LA CAZA DEL EXTORSIONADOR Y PSEUDO PERIODISTA DEL NORTE CHICO…

Propios y extraños ya miran a Huacho como la sede de todo aquel que no encuentra empleo y le gusta la extorsión para hacerse periodista

“Mientras las organizaciones que defienden la llamada libertad de prensa en el Perú no diferencien a los que tienen este “bello oficio” como su profesión y honesto trabajo, de los que lo usan para extorsionar y delinquir, al amparo de esa misma libertad de prensa, estamos bien mal”, es lo que en resumen expresa el ciudadano de Huacho cuando hablan de la mayoría de sus comunicadores que aparentemente utilizan la noble tarea del ejercicio periodístico para la extorsión, desprestigiando y prostituyendo un trabajo que tiene como esencia el servicio a la comunidad y el compromiso social. 

Desde la llamada Capital de la Hospitalidad, se criticó duramente que muchas autoridades especialmente municipales, estén cayendo en el juego sucio de quienes hacen prensa a cambio de un beneficio personal.

La existencia de un conocido pseudo periodista con una hoja de vida cuestionable, involucrado en una serie de hechos delictivos ha contribuido en los últimos años a desmerecer aun más el trabajo de la prensa en el norte chico de Lima Provincias.

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El acechador de las autoridades, se caracteriza por persuadir a gente de su entorno que laboran en algunas entidades públicas (GOBIERNO REGIONAL DE LIMA y Municipalidades), sustrayendo documentos que le permitan negociar con la autoridad supuestamente involucrada  en un hecho ilegal en prejudicio del Estado.

Se sabe que el falso periodista una vez que logra “cazar” a sus víctimas (las autoridades), les exige apoyo publicitario para dejar de atacarlos y resaltar la gestión, además de permitirle direccionar algunas licitaciones públicas a favor de terceros y poder cobrar una alta comisión que le permita por ejemplo tener el auto el año, paseos y otros beneficios más.

Este hecho proveniente del norte chico ha generado una serie de comentarios por parte de la población, la misma que en su mayoría cree que el periodismo ha terminado siendo un trinchera de los fracasados, perdedores y rebuscadores. 

“Todo aquel que no encuentre empleo o le guste la extorsión se mete a periodista. Y como la misma Constitución  permite que el periodismo sea considerado un oficio, cualquiera puede ser periodista”, acotaron.